martes, 22 de marzo de 2011

Moonlighters. (Retazo de una mente incierta, I)

N/A: No hay coherencia posible en el maravilloso mundo del Abstractismo, señores. Bienvenidos a mi mente.


TO THE ONES WHO KNOW.-


Aquella tarde no sería como la anterior y es que todo apuntaba a ello.
No, nada volvería a tomar una forma conocida, nada derivaría en un suceso predecible para ella.
Nada tendría sentido siquiera.
Sus pies se deslizaban por el suelo como rasgando el viento. Como si la suela de sus zapatos no fuese capaz de tocar una superficie sólida, flotando como envuelta aquella poderosa neblina personal.


Como si el mundo no pudiese afectarle.

Todo volverá a su curso -Murmuró para sí misma. Su cabello negro obedecía al vaivén de sus pasos, y sus ojos pardos le acompañaban recorriendo el mundo como por vez primera.
Todos volverían. 
Lunne cumpliría su promesa.

Y lo cierto es que no estaba sola esta vez. Ella era tres.
Pues, como dijo Rimbaud, "Yo" son otros. Y todo, siempre, vuelve a su ciclo.
La vida está trazada en círculos, queridos.
Y sus pies que le llevaban como flotando, aquellos pies bien entrenados, le encaminaron nuevamente hacia el otro lado del espejo, que le esperaba ostentando universos completos, nébulas mentales, polvo de hadas, un par de cafés e inviernos eternos.
Y es que nadie ha visto su sombra, la sombra de un fantasma, proyectado a las dos, tres de la mañana. Ella posee una sombra extraña, una sombra dividida, una sombra múltiple y fantástica. La sombra de Lobo, Lunne y Laia, la mezcla perfecta, La Tríada.
Eso es lo que le hace tan mágica.


Pero como siempre, el mundo ha cerrado los ojos, y ellos a su vez, han cerrado los ojos al mundo... 
.
 (A ellos se las tragó el mundo. O más bien, el mundo les pertenece a ellos.)


Sinfonía inconsciente de palabras; Abstracciones que excavan el cielo

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